EL MOTÍN DEL TE

Los Estados Unidos guardan un recuerdo reverencial hacia aquella rebelión que, en 1773, fue el germen de su independencia. Hartos de los impuestos de la metrópoli los colonos protestaron contra Gran Bretaña arrojando al mar un cargamento de té y ahí empezó el lío. .

Los Estados Unidos guardan un recuerdo reverencial hacia aquella rebelión que, en 1773, fue el germen de su independencia. Hartos de los impuestos de la metrópoli los colonos protestaron contra Gran Bretaña arrojando al mar un cargamento de té y ahí empezó el lío. Desde entonces, cualquier movimiento de protesta en cualquier parte del mundo cuenta con el beneplácito USA al que siguen los gobiernos europeos aunque sea como teloneros.

Putin me cae mal, pero que muy mal, pero repasando todo lo publicado sobre el asunto de Ucrania no veo por parte alguna un mínimo recuerdo a historias recientes de "pueblos oprimidos" que contaron con el apoyo USA y que han terminado como el rosario de la aurora, a farolazos.

Sin ir más lejos, con envío de armas y toda clase de apoyos, se abasteció a los bravos luchadores afganos que pugnaban por desprenderse del oso ruso y no necesito extenderme demasiado para recordar cómo acabó la cosa: los bravos luchadores afganos salieron talibanes que traen de cabeza a occidente.

Hay más ejemplos que cualquier lector avisado puede repasar antes de decidirse por tomar partido entre los contendientes del conflicto ucraniano donde, por cierto, muchos de los "luchadores rebeldes" de Kiev no pasarían en Europa el más mínimo control sobre su nacionalismo radical.