LAS ALEGRES CHICAS DE LA CAMPIÑA

Fue un 28 de diciembre cuando Tip y Coll anunciaron una actuación especial junto a "las alegres chicas de la campiña" en la sala donde la genial pareja ofrecía su espectáculo.

Fue un 28 de diciembre cuando Tip y Coll anunciaron una actuación especial junto a "las alegres chicas de la campiña" en la sala donde la genial pareja ofrecía su espectáculo. El local se llenó hasta la bandera y los habituales seguimos los diálogos de ambos esperando el cambio anunciado. Nada, todo ocurría siguiendo un guión que la mayoría nos sabíamos de memoria. Al final, el dúo anunció a las esperadas "alegres chicas de la campiña"; se abrieron las puertas del camerino y un rebaño de ovejas entró en la sala ante el susto de los asistentes y el consiguiente revuelo acompañado de olores propios del ganado y desparrame de cagarrutas ovinas. Fue una más de sus humoradas y pasado el susto todos celebramos la ocurrencia.

La idea de Tip y Coll fue una inocentada divertida que tengo para mí ha sido imitada por quienes realizan diferentes declaraciones sobre la mejoría de la economía hispana; se anuncia la llegada de "Las alegres chicas de la campiña" y luego la realidad huele mal.

No digo yo que por arriba, para tanto disfrutador de dietas y sueldos astronómicos; comisionistas egipcios y otros especímenes que habitan entre nosotros no sea real lo del túnel, la luz, los brotes y los rebrotes, pero, de tejas abajo, donde vivimos la realidad de la compra diaria, del recibo de la luz, el gas y otros suministros y la llegada al fin de mes con la lengua fuera, produce el mismo efecto que aquel rebaño encerrado en el camerino que, cuando se abrió la puerta, cuando la realidad ocupó la sala, lo lleno todo de cagarrutas.

Andrés Madrid