Esperando el bebé de Catalina, la llegada del Papa a Brasil y otras noticias que alegraran el verano, nos hemos entretenido muchísimo con la reclamada comparecencia de Rajoy en el Congreso. Fijada hoy para el 1 de Agosto, Rubalcaba habrá respirado aliviado, supongo, porque el horizonte de una moción de censura no resultaba demasiado halagüeño.
Desde Madrid, animaba el cotarro el "judas" Gómez, infausto alcalde de Parla, presionando a su Secretario General para que acudiera a la moción, con comparecencia o sin ella, a la espera de ver como las encuestas se llevaban en volandas a los infiernos al veterano socialista.
Añadan a esto un entretenimiento personal que me busqué para mi solaz veraniego consistente en contabilizar cuantas veces los voluntariosos reporteros de las diferentes cadenas de televisión utilizaban el verbo "compadecer" en lugar de "comparecer". Más de una docena llegue a contar y me "compadecí" de esta maldita profesión ante el futuro sombrío que le espera.
El día 1 de Agosto, seguiré la comparecencia que, evidentemente, no satisfará al "judas" Gómez que seguirá intentando, con un beso traidor en la mejilla de su maestro, que sea crucificado cuanto antes por si le cae algo en el cambio.
Total, que lo he pasado divinamente.
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