Andan los convergentes de toda la vida de disgusto en disgusto, mal que le pese a Pilar Rahola, que el otro día en la televisión de los Godó ponía cara de dolor de muelas cuando los de Mas y los de Junqueras anunciaron "que se divorciaban" para no concurrir juntos a las elecciones generales. Las subvenciones por escaño ganado son demasiado sustanciosas en el Congreso de la Carrera de San Jerónimo, como para que ambas formaciones se puedan permitir el lujo de malgastar esos dineros, que buena falta les hacen como a todos los demás partidos para sufragar el día a día organizativo, y más, en unos tiempos, en los que, poco a poco, los Fiscales y Jueces se irán aproximando a las verdaderas realidades económicas que manejan los contables de todas las siglas.
Ahora toca limar asperezas y convencerse de que Artur Mas ha de ser President de la Generalitat, sí o sí, aunque las clases sociales que ocupan Pedralbes, la Diagonal y la parte noble de Sarriá no entiendan qué hacen sus dirigentes de toda la vida al lado de un partido asambleario y además antisistema, por mucho que le convenga al ideólogo de la independencia express en funciones.
Y es que "no es lo mismo" que a uno le juzgue la Justicia con el traje de ex President que sentado en el sillón de mando con la prerrogativa de formar parte de la historia porque así lo decide, aunque solo sea el cincuenta por ciento de los diputados del Parlament de Catalunya. Artur Mas sabe muy bien a qué lugar ha caído Jordi Pujol y toda su familia y también como el fundador de su partido pudo salir del embrollo de Banca Catalana por el solo hecho de sentarse en el despacho presidencial de la Plaza de Sant Jaume con grupo parlamentario en Madrid. Si él lo vuelve a conseguir, "la justicia española" podrá actuar, pero lo que haga, para bien o para mal, pasará a formar parte del martirologio de los que escriben esta misma historia haciéndose pasar por víctimas de los que no piensan como ellos.
Son los mismos que ante la ola de corrupción que se está destapando en Catalunya dicen"clá y catalá" que eso es "un montaje" del Estado, sin darse cuenta, que los que se han beneficiado de los negocios que poco a poco se van descubriendo son corruptos, no por ser catalanes, sino porque como a Bárcenas también les gusta vivir bien y tener cuentas en paraísos fiscales.
Ves, en eso, sí que son lo mismo.
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