Hay una frase mítica que ha quedado en la memoria de quienes son aficionados al séptimo arte. La pronunció Humphrey Bogart, en su papel de Rick Blaine, a Ingrid Bergman (Ilsa Lund), en la inolvidable película Casablanca: “Siempre nos quedará París”. Y si a esa frase le realizamos algún cambio, por lo que está cayendo en la política española, pues se podría transformar en: “Siempre nos quedará el deporte, la buena gastronomía, o una cantada de habaneras de Calella de Palafrugell (con polémica este año); la de Torrevieja y, si quieren estar más fresquitos, el Festival de Habaneras de Monforte de Lemos”. Pero es que el deporte también está muy presente: la Eurocopa de fútbol femenino, el Mundial de Clubes, el Tour de Francia, Wimbledon con Carlos Alcaraz, o las distintas competiciones de coches y motos. Así que la oferta es abundante.
Que no se preocupen aquellas personas a las que no les gusta el deporte: existen otros entretenimientos que pueden elegir. Cine, paseos por la playa, montaña, leer un buen libro o lo más cómodo: sentarse delante de la televisión y ver las películas que les gusten, sin tener que tragarse a los políticos con las escenas que estamos viendo todos estos días. ¿Son películas para idiotas? Es posible que así lo piensen sus protagonistas, que han actuado este fin de semana intentando interpretar su papel de la mejor manera posible para que el “respetable” se lo trague a base de insistir en su actuación.
Lo sucedido en el Congreso de los populares, donde el presidente Feijóo ha sido reelegido por el 99,24 % de los votos, es algo nunca visto. Hasta Ayuso habló maravillas “de su presidente”. Cerraron filas en torno al que está seguro de llegar a la Moncloa más pronto que tarde. Algunas imágenes dan que pensar: Mazón aparecía como el rey del mambo, recibiendo abrazos de “sus compañeros” y hasta del mismísimo Feijóo. ¿Ha perdido la memoria de lo sucedido con la DANA? La ha perdido, lo mismo que no se dio cuenta del tiempo que dedicó a la comida con la periodista amiga suya, olvidándose de sus obligaciones como presidente. A los valencianos, especialmente a las familias de los fallecidos y a los que sufrieron los efectos devastadores, no se les olvida y les pasarán factura cuando lleguen las próximas elecciones en la comunidad.
Mientras, ese mismo día, se reunía el Comité Federal de los socialistas para aplacar a sus integrantes por los casos de corrupción. Horas antes del inicio saltaba la noticia de otro posible caso de “acoso” por parte de otra persona de confianza de Pedro Sánchez, Paco Salazar, que iba a entrar en la ejecutiva y que trabajaba en la mismísima Moncloa, lugar donde, al parecer, se produjeron algunos de los incidentes denunciados.
La noticia sentó como una bomba, más si cabe porque se sumaba a la de otros “compañeros” con cargos de responsabilidad. Pero con una intervención de 45 minutos del líder, la cosa terminó con un cierre de filas en torno a él, como era de esperar.
Solo Page dijo alguna cosa, contestada por el ministro “vocero”, Óscar Puente, que, como suele hacer, sacó las garras en defensa del “capitán”. Solo una voz discrepante, muchos aplausos, poca crítica “feminista” a los acontecimientos, y a seguir trabajando para tapar lo sucedido con aquellos que, según los dirigentes socialistas, ya no son militantes. Cuando lo hicieron, sí lo eran. ¿Verdad?
Después de este miércoles, donde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tendrá que explicar a los parlamentarios las medidas que llevará a cabo contra la corrupción y otras historias, sus señorías se irán de vacaciones. El verano, dicen algunos, servirá de tupido velo, y después… a otra cosa, mariposa.
Como decía Rick: “Siempre nos quedará París”, o todas las ofertas expuestas unas líneas más arriba. Dejen de pensar en los resultados a la búlgara, que son muy dañinos para la salud.
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