Los profesionales están lo suficientemente quemados como para prestarles la atención que se merece; son ellos los que cuidan a la ciudadanía. ¿Quién cuida pues a los cuidadores? Es la gran pregunta que se hacen ellos mismos.
La cintura política de Arrimadas se ha ampliado y su discurso es más que cuestionable. Ha perdido la credibilidad que tenía. Se ha quemado de lo lindo.
Catalunya está tan mal económicamente que los caretos de su clase empresarial en la capital del Garraf denota una mezcla de temor y hastío.
Borrell ha admitido que, desde su punto de vista, el artículo 155 se debería haber activado antes de lo que lo hizo el Gobierno de Mariano Rajoy tras el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.
La Generalitat ha retirado sobre las 10.30 horas de este jueves la pancarta con el lazo amarillo que colgaba de su fachada.
A Puigdemont no le gustan los que tienen criterio propio y aparta de las listas electorales a aquellos que son más inteligentes y mejores políticos que él, por ejemplo Carles Campuzano.
Los expertos creen que el PIB de Catalunya ha decrecido en 2018, apuntando al cambio de tendencia sobre el hecho de que el territorio catalán deje de ser el motor económico del país.
"Aquel tipo que vi en la televisión que gritaba como un poseso en Fitur "¡Aquí no entra ni Dios!", me ha convencido plenamente para no subirme a un taxi".
El auge de los gobiernos antieuropeos y la riada de ultras que ocupan las calles quieren hacer desaparecer de nuestras vidas las ideas liberales que heredamos de los Padres fundadores y que nos han mantenido en paz tras una post-guerra angustiosa.
Dejaros de paripés, os lo pido. Acabemos de una vez y que no vuelvan los que han mantenido el poder en Catalunya durante tantos años a meternos a todos en un nuevo charco maloliente. A ver si es verdad.
Cualquier ciudadano atento al devenir de la vida pública conoce lo que al parecer el presidente Torra ignora: que España es una democracia desde hace 40 años, perfectamente homologable con cualquier otra, y Cataluña es hoy una sociedad fracturada donde la cordialidad y el respeto al prójimo brillan por su ausencia.
Los muchachos de Arran, una de las ramas violentas de la CUP, llevan una temporadita de actividad intensa de creación "cultural", pintando sedes de partidos políticos.
La escenificación del Consejo de Ministros en Barcelona es una buena muestra de lo que yo entiendo por mareo colectivo.
El líder del PP, Pablo Casado, exige la ilegalización de los llamados Comités de Defensa de la República (CDR) para que los "chicos de la gasolina" no "campen a sus anchas" en las calles de Cataluña.
Ahora, como estos dos genios de la política no se hablan, se recurre al papel oficial y a un desdén calculado, que en el caso catalán pasa por hacer una llamada a Bruselas antes de contestar.
Los Comités de Defensa de la República (CDR) han convocado este jueves a través de las redes sociales a sus fieles a la "batalla" en la Casa Llotja de Mar de Barcelona donde está previsto que se celebre el Consejo de Ministros.
El ex presidente del Gobierno José María Aznar ha señalado que "el golpe de Estado catalán no se ha resuelto" y ha instado al Gobierno actual a "restablecer la legalidad y el orden constitucional" en la comunidad.
Estamos bajos de moral porque además la vía eslovena con la que nos ha amenazado el sátrapa Torra va poniéndose en marcha.
Pedro Sánchez admite preocupación por huelga de hambre de los presos, pero no comparte sus motivos porque tendrán juicio justo.
¿Quién defiende la cultura española frente a la globalización?¿Tiene alguna misión España en el mundo, aparte de someter a Cataluña?
