Hay que celebrar nuestra Constitución como se merece. Una Constitución consensuada y de progreso, fundadora de un Estado Social de Derecho, como es el nuestro, y que ahora cumple cuarenta años. Juan Claudio de Ramón y Aurora Nacarino-Brabo han coordinado La España de Abel (Deusto), libro que celebra el aniversario de nuestra Carta Magna con los testimonios de cuarenta españoles nacidos entre 1973 y 1993. Se caracterizan todos ellos no por el afán de glorificar, sino de observar la realidad de España con apego y, por consiguiente, abiertos a la esperanza.
"No me siento español –afirma De Ramón-. Es algo más sencillo: yo me sé español" y, con la Constitución, ciudadano y heredero. "Una enorme historia de referencias compartidas” (Ariane Aumaitre). España vista tal cual, con sus viejas deficiencias y sus viejas cualidades, una sociedad normal con un proyecto que renovar. Quienes han vivido fuera pueden explicar cómo pasaron de "me gustaba todo de aquel país, sobre todo que no era España" a apreciar que este resulta "uno de los países menos elitistas y clasistas en Europa". No es tan mala como algunos la pintan. Manuel Arias Maldonado plantea la deriva de la intimidad cultural y se detiene en la escena del pasodoble En er mundo…, que aparece en la película El Sur, de Víctor Erice: "Hay algo en esta estampa que sólo un español podrá reconocer, reaccione a ello con cariño o disgusto; sin perjuicio de que un italiano o un neozelandés" se pueda conmover.
Se trata de seguir ahondando en una 'sociedad abierta, europeísta y liberal', sin complejos ni autocomplacencias. Por último, Álvaro Imbernón plantea la cuestión candente hoy: "Los independentistas catalanes han luchado contra un muñeco de paja que ellos mismos han diseñado. Una España centralista, autoritaria, atrasada e irreformable. Lo han hecho en el mejor momento posible ante el descrédito generalizado de nuestras instituciones y la mayor crisis económica en democracia, que ha generado una degradación de las expectativas generalizadas. Mientras, España parece haberse quedado sin relato".
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