No se puede resolver un problema si no se reconoce que se tiene. Y si este problema es político, es la política que lo tiene que resolver. Y el gobierno del Estado no quiere entender esto y tampoco después de la Diada.
No se puede resolver un problema si no se reconoce que se tiene. Y si este problema es político, es la política que lo tiene que resolver. Y el gobierno del Estado no quiere entender esto y tampoco después de la Diada. El PP aún no ha entendido que decir no a todo lo que propone y pide Catalunya dificulta la recuperación económica y genera desconfianza. Que a estas alturas, frente a las demandas de Catalunya, no haya ni media propuesta política del gobierno del Estado que permita a los mercados confiar en un acuerdo y no en un choque de trenes, sólo demuestra la miopía del ejecutivo del presidente Mariano Rajoy.
No puede pretender que desaparezca el problema diciendo no una y otra vez. Esta actitud negativa del PP no hace sino enquistarse mismo. Puede comportar, pues, que se incremente la desconfianza económica, la inestabilidad en los mercados y que pueda subir la prima de riesgo. No querer afrontar los problemas puede afectar negativamente el crecimiento económico y la creación de empleo. Afecta directamente a los ciudadanos y su bienestar.
Es lamentable constatar que como única respuesta a lo que pide Catalunya, el PP sólo sea capaz de ofrecer intervenciones como la del ministro Montoro que ridiculiza lo que reclamamos una gran mayoría de catalanes y catalanas. La guinda de esta actitud intolerante la hemos encontrado con lo que ha sucedido en Utrecht cuando la embajada española ha evitado la presentación del libro 'Victus' de Sánchez Piñol.
Salvador Sedó, senador de CiU y secretario de relaciones internacionales de Unió
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