Dicen que el sentido común es el más común de los sentidos y que en política, dos más dos pueden ser cuatro o depende de quien haga las cuentas el resultado varía. En estos momentos de delirio político, la primera premisa no se da, en cambio, la segunda se ajusta a la situación que estamos viviendo los sufridos ciudadanos de este país llamado Catalunya o quizás ¿Ítaca?
Un país maravilloso donde el marinero Mas quiere imitar a Moisés, en eso de llevar a su “pueblo” a la tierra prometida. El pueblo judío llegó a la tierra, pero él no. Mi impresión es que el parecido entre ellos, debe estar en el blanco de los ojos.
Pero intuyo que esa vocación de sacrificio mesiánico tiene algo que ver con su condición de aforado, que no quiere perder, si llega, como ha de llegar la mano de la justicia. La situación no es la misma a la hora de ser juzgado, no. Pero el resto de consejeros, que dejarán esa condición, cuando se constituya, si es que llega a producirse, el nuevo gobierno, van a quedar totalmente desprotegidos. ¿Son conscientes ellos? Estoy segura que sí y más después de recibir la carta de “apercibimiento”, solo hay que verles las caras para darse cuenta de lo que están pasando.
Que no lo expresen en público, no quiere decir que en la intimidad, a más de uno le acompaña un nuevo amigo: el insomnio. Les pondré algunos ejemplos: al Conseller Mas-Colell se le ha borrado la sonrisa y las ganas de chulear. Con 71, un historial profesional excelente y con el deseo de volver a los EEUU para ¿ser profesor emérito? adiós proyecto si resulta imputado…. Los américanos esas cosas de desobediencia a las leyes ni las entienden, ni las toleran. Felip Puig, semblante triste, no será Conseller ni diputado y deja de ser aforado.
¿Y? Pues eso que todos estamos pensando, que el Moisés les ha dejado con el trasero al aire. Podríamos seguir, pero solo hay que mirar la lista de los que dejarán los cargos públicos, que son unos cuantos…
Dicen que la política hace extraños compañeros de viaje, y es más cierto que cada día hay que trabajar, para aquellos que tienen donde hacerlo. Por eso, a la espera de lo que diga la CUP, las cosas irán más o menos rápidas, en relación a la investidura de Mas. Si esta se produce, el coste que va a pagar la CUP es tan alto, que le auguro una escisión más pronto que tarde. La utopía habrá dejado de ser su referente…
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