Rafael Hernando dixit: "El PP ha ganado las elecciones y tiene una responsabilidad, que es la de intentar gobernar, en tanto que el PSOE ha perdido y pese a ello su candidato intenta formar Gobierno mediante una carambola. No es razonable intentar conseguir en los despachos, con intrigas y con carambolas".
Una vez más, uno de los dirigentes del partido de Rajoy se ata los machos y convierte a los ciudadanos en tontos continentales, lanzando una cortina de humo sobre un asunto que, hasta los menos sabios en menesteres políticos, han descubierto en la Europa actual: los gobiernos de coalición se negocian y luego se pactan entre las partes que deciden hacerlo para así configurar mayorías parlamentarias que se lo permitan. Y esa posibilidad democrática se puede llevar a cabo en la cafetería de El Corte Inglés, en el reservado de un buen restaurante y hasta en la Abadía de Montserrat, que es un lugar santo, pero cuyas paredes han visto que entre rezo y rezo también se puede mediar entre dos partes en conflicto obteniendo resultados "divinos".
La épica, en política, conduce irremisiblemente al sectarismo y este, al desencuentro frontal entre los que tratan de llegar a un acuerdo. Si los populares no entienden que para pactar hace falta soltar lastre e incluso la presidencia del gobierno nada conseguirán de toda la oposición a la que durante la recién terminada legislatura han sometido a sus arbitrariedades utilizando --mejor dicho, abusando-- de su gran mayoría absoluta.
Toca, pues, dar no uno, sino dos pasos atrás si quieren, como dicen, que España tenga un gobierno estable amparado en un grupo de parlamentarios sólido y cohesionado, que no necesita, de ninguna de las maneras, amarse eternamente, sino tan solo pactar un programa de reformas coherente y eficaz que tire hacia adelante la economía, la enseñanza o la sanidad y elimine, por ejemplo, las grandes diferencias entre los miles de españolitos pobres y las pocas decenas de españolazos ricos que con la crisis viven --¡oh sorpresa!-- del Eurostat mucho mejor que los míticos jeques de las mil y una noches.
Si el PP no quiere que los socialistas pacten con Podemos, ofrézcanle a los sociatas la cabeza de Rajoy y la presidencia de un gobierno en el que estén también los peperos y los ciudadanos de Rivera. Estoy seguro de que Pedro Sánchez se lo pensará dos veces antes de acordar otro ejecutivo que esté más a su izquierda. Pero si no están dispuestos a sacrificarse por su "España", apártense y permitan que sea la gente la que juzgue durante ¿media legislatura?, si quienes les gobiernan desde la siniestra pueden sacarles adelante o no y cambiar radicalmente las cosas.
Madrid es un hervidero. Catalunya, un volcán. ¿A qué están esperando nuestros políticos para cerrar un acuerdo? ¿A que venga un terremoto? Pues miren, en Melilla ya ha habido dos sacudidas. Así que vuelen, señorías, vuelen…
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