NO SABEN PACTAR

Parece ser que PSOE, Ciudadanos y Podemos van a utilizar este fin de semana de abril para meditar sobre si sus posturas maximalistas, en el tedioso asunto de la formación de un nuevo Gobierno, son tan inamovibles como parecen o si, por lo contrario, les merece la pena echarse a la espalada sus líneas rojas ¿ideológicas? y definir un plan de gobernabilidad que le quite el cabreo que los españoles tienen con sus políticos, a los que consideran unos vagos irredentos y unos irresponsables sin solución.

Si cada una de esas formaciones vuelve el lunes con la tarea hecha, tendremos nuevo Ejecutivo. Si no es así, solo nos queda que Rajoy mueva ficha, que ya le toca y que ésta no sea la de un Tancredo taurino, que sale huyendo por piernas del toro o metiéndose dentro del barril para salvar su chasis ideologico. La verdad es que ya somos muy pocos los que mantenemos la esperanza de que no haya elecciones en junio y que, entre unos y otros, o todos juntos, si Vds. lo prefieren, están matando la credibilidad partidaria y sobre todo, la esperanza en esa nueva generación de políticos, que al igual que "los de la casta", ya nos han demostradono saben pactar, ni tienen ganas de hacerlo.

Es curioso, pero ni siquiera los papeles de Panamá han conseguido que la gente se distraiga de este problema de gobernabilidad que padecemos, y eso quiere decir que la abstención puede ser monumental cuando el Rey firme el decreto de nuevas elecciones y haya que ir a votar. No se va a salvar nadie. Y aunque unos ganen y otros pierdan, ninguno podrá decir que detrás de su opción política hay muchos millones de electores, con lo que la democracia con mayúsculas sufrirá un duro golpe del que tardaremos más de una legislatura en recuperarnos, especialmente la mal llamada izquierda española, que no sabe ceder y mucho menos consensuar con sus adversarios políticos los temas que nos interesan a todos. Ahora mismo nos estamos jugando el modelo de Estado, incluso la continuidad de las Autonomías, y estos cerebros pensantes con denominación de origen progresista son incapaces de ver más allá de sus siglas y por lo tanto pactar políticas económicas de concordia. Igualito que en la tan vituperada Transición, igualito.