La familia Urquizu, asesinado por ETA en 1980, se desvincula del acto de colocación de placas a víctimas en Durango
Los familiares de esta víctima de ETA dicen que la memoria es "imprescindible" pero "insuficiente" con 358 crímenes sin resolver
((Rogamos a nuestros clientes que sustituyan la anterior información por la siguiente debido a un cambio relativo a la fecha del acto))
La familia de José María Urquizu Goyogana, teniente coronel de farmacia asesinado por ETA en Durango en 1980, se desvincula del acto de colocación de placas en memoria de las víctimas del terrorismo que se ha celebrado este jueves en la localidad vizcaína, ante "el déficit de justicia" y la falta de "verdad" que, a su juicio, todavía existe sobre la violencia de la banda en Euskadi. En este sentido, afirma que la memoria es "imprescindible" pero "absolutamente insuficiente" cuando hay 358 asesinatos de ETA sin resolver, algo que califica de "escandaloso y sangrante".
El teniente coronel farmacéutico fue asesinado el 13 de septiembre de 1980 en Durango, cuando se encontraba en la farmacia de su familia, a la que entraron dos miembros de ETA, un hombre y una mujer, con la excusa de analizar una muestra de sangre porque, según aseguraron, ella podría estar embarazada.
Cuando Urquizu Goyogana se inclinó sobre el microscopio, le dispararon en la nuca y murió en el acto. Todas las farmacias del municipio cerraron en señal de repulsa por el asesinato. Años después, sus hijos revelaron que su padre se había negado a pagar el conocido como "impuesto revolucionario".
En un comunicado, su hijo Javier Urquizu ha destacado que el PP, en su día, puso como condición para apoyar al PNV en la Alcaldía de Durango y evitar que pasara a manos de EH Bildu, que se pusieran placas en recuerdo de los asesinados por ETA en la localidad, lo que la formación jeltzale "aceptó" y ahora se materializa este compromiso.
Tras agradecer "en persona" al concejal de los populares en Durango, Carlos García, su "esfuerzo para sacar adelante el tema", Urquizu ha revelado que también le han trasladado que se desmarcan del acto, "algo que no tiene nada que ver con él sino con lo que hacen (y no hacen) otros".
La familia Urquizu Aranaga ha querido hacer público un comunicado, "desde la más estricta independencia política", en el que afirma que se desvincula del acto de la colocación de placas en memoria de las víctimas del terrorismo en la localidad por la misma razón que lo han hecho en ocasiones anteriores.
MEMORIA
"En la lucha contra el terrorismo, la memoria es, por supuesto, imprescindible, pero si no va acompañada de una denuncia clara con la mayor firmeza posible de la justicia pendiente es absolutamente insuficiente", ha señalado.
En este sentido, recuerda, "una vez más, el escandaloso y sangrante dato de que hay 358 asesinatos de ETA sin resolver". "No es de recibo obviar esto, y más si se pretende acompañarnos y mostrar solidaridad hacia nosotros como víctimas. Ni un millón de placas pueden tapar ése déficit de justicia inadmisible y al que jamás nos resignaremos", añade.
Por otro lado, la familia del teniente coronel de farmacia asesinado por la banda apunta que "la verdad es igualmente imprescindible a la hora de luchar con decisión y firmeza contra el terrorismo". "Estamos asistiendo en nuestra querida tierra a una inaceptable y cotidiana distorsión de los hechos históricos, falseando la realidad, blanqueando a los asesinos, a sus cómplices y usando cobardes eufemismos, como 'vulneración del derecho a la vida', en vez de la palabra que procede, la de 'asesinatos'", remarca.
Para los Urquizu Aranaga, "la paz sin justicia no lleva a una convivencia real, sana y deseable", sino que es "claudicación y normalización de la barbarie", algo que "no puede funcionar". "Todo lo intolerable que no se combate con firmeza y determinación absoluta hasta sus últimas consecuencias, está condenado a repetirse. Si no se llama a las cosas por su nombre no es posible avanzar hacia algo mejor", concluye el texto.

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