La Junta ordena a los Mossos que retiren los carteles y lazos amarillos de los edicios de las Conselleries.
Hay quien no teniendo mucho que decir, busca la provocación y el enfrentamiento para seguir alimentando a sus seguidores que esperan de él algo de lo que carece.
La Generalitat ha retirado sobre las 10.30 horas de este jueves la pancarta con el lazo amarillo que colgaba de su fachada.
La JEC da al presidente catalán 24 horas para cumplir la resolución avisando de que, en caso contrario, podría exigirle responsabilidades "administrativas y, en su caso, penales".
Si el president de la Generalitat no tomase medidas para retirar lazos y esteladas de instituciones públicas, el Ministerio del Interior podría ejecutar la medida y Torra se enfrentaría a un delito de desobediencia.
Este acto provocó la protesta mediante de PSOE, PP y Ciudadanos, cuyos portavoces pidieron por carta a Tajani que se impidiera la celebración de la conferencia.
El auge de los gobiernos antieuropeos y la riada de ultras que ocupan las calles quieren hacer desaparecer de nuestras vidas las ideas liberales que heredamos de los Padres fundadores y que nos han mantenido en paz tras una post-guerra angustiosa.
Cualquier ciudadano atento al devenir de la vida pública conoce lo que al parecer el presidente Torra ignora: que España es una democracia desde hace 40 años, perfectamente homologable con cualquier otra, y Cataluña es hoy una sociedad fracturada donde la cordialidad y el respeto al prójimo brillan por su ausencia.
Los 21 puntos para la negociación que el presidente de la Generalitat trasladó al jefe del Ejecutivo español en su reunión en Barcelona el 20-D no fue pactado con nadie, por lo que sólo representa a Torra. El Gobierno de Sánchez no lo ocultó.
El presidente de la Generalitat afirma que ha entregado al jefe del Ejecutivo una "propuesta de acuerdo democrático" de 21 puntos y que espera respuesta.
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el president de la Generalitat de Cataluña, Joaquim Torra, mantienen una reunión en el Palacio de Pedralbes, Barcelona.
La escenificación del Consejo de Ministros en Barcelona es una buena muestra de lo que yo entiendo por mareo colectivo.
Sánchez le invita a abandonar la "oposición autoritaria" y le dice que no se apropie de una Constitución que es de todos.
Ahora, como estos dos genios de la política no se hablan, se recurre al papel oficial y a un desdén calculado, que en el caso catalán pasa por hacer una llamada a Bruselas antes de contestar.
Estamos bajos de moral porque además la vía eslovena con la que nos ha amenazado el sátrapa Torra va poniéndose en marcha.
La ministra de Defensa arremete contra el presidente de la Generalitat de Cataluña por "poner en riesgo" la convivencia e "incitar a la violencia".
Pedro Sánchez admite preocupación por huelga de hambre de los presos, pero no comparte sus motivos porque tendrán juicio justo.
El president de la Generalitat pide una "mediación internacional" y alega que España no es una democracia ni respeta los derechos fundamentales.
Nos irá mejor si todos hacemos un gesto de contrición política. ¿Por qué no nos contamos la verdad los unos a los otros?