Los jugadores de la selección española de fútbol cobrarán, cada uno, 720.000 euros si ganan el mundial que comenzará la próxima semana en Brasil. Esto supone un incremento del 20% en relación a lo que se pactó en concepto de primas para el mundial de Sudáfrica. Es un disparate.
Los jugadores de la selección española de fútbol cobrarán, cada uno, 720.000 euros si ganan el mundial que comenzará la próxima semana en Brasil. Esto supone un incremento del 20% en relación a lo que se pactó en concepto de primas para el mundial de Sudáfrica. Es un disparate. Esta cantidad, más del doble de lo que pagará Alemania a sus jugadores por el mismo objetivo, demuestra una falta de sensibilidad mayúscula por parte de los responsables de la federación española.
Hacerlo ahora cuando en España hay cerca de seis millones de parados, decenas de miles de familias que viven una verdadera tragedia porque no llegan a fin de mes y que han visto, además, como se les recortaban las ayudas y prestaciones por culpa de una política de austeridad que el PP ha trasladado hacia los más débiles es un insulto a la gran mayoría de la población, le guste o no el fútbol.
Y lo es mucho más viendo lo que se pagará, por ejemplo, en Alemania: 300.000 euros si ganan el Mundial. Parece que España es el doble de rica que el país germano, y todo el mundo sabe que no es así. Se mire como se mire, y sin querer hacer demagogia, la cifra pactada es un despropósito que constata que hay directivos y jugadores que son absolutamente ajenos a la realidad de su entorno.
Periódicamente vemos las cifras fuera de lugar que se pagan en el mundo del fútbol. Los clubes pueden hacer lo que crean más conveniente con su patrimonio y en su momento ya deben de pasar cuentas de su gestión y de su futura viabilidad. Mucho más grave es ver estas cifras estratosféricas en una selección que dice representar a un país que está inmerso en una crisis económica sin precedentes.
La comparación con otros países la hace vergonzosa para todos. Parece que hay alguien que todavía no se ha dado cuenta de que los tiempos de las vacas gordas ya hace muchos años que se acabó y que hoy por hoy el auténtico esfuerzo es sacar adelante el día a día. Pagar estas cantidades desorbitadas provoca la indignación de todo el mundo que tenga un mínimo de sensibilidad ante la crisis económica y frente sus dramáticas consecuencias que tiene para millones de personas de todo el Estado.
Eva Parera, miembro del comité de gobierno de Unió y portavoz adjunta de CiU en el Senado
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