PLASMA CONVALECIENTE EN EL TRATAMIENTO DEL COVID

Hay registros de que durante la pandemia de gripe española de 1918, más de 1.700 personas recibieron transfusiones de plasma, pero es difícil determinar cual fue su grado de efectividad. Eso sí, parece evidente que no se trata de un descubrimiento actual, sino de una técnica clásica.

Recientemente, la técnica del plasma convaleciente se aplicó en epidemias de otras enfermedades respiratorias como la del SARS en 2003 y la de MERS en 2012. Durante esta pandemia del Covid19, en China ya se hicieron estudios que mostraron que el transfusión de plasma puede tener buenos resultados, sin embargo, son necesarios estudios controlados que demuestren o descarten su eficacia.

El plasma convaleciente ofrece, en estos momentos, grandes ventajas frente a otras terapias. La mayor de todas, una disponibilidad inmediata a diferencia del desarrollo de vacunas o medicamentos, que pueden tardar meses o años.

El plasma convaleciente no es una vacunación, es otra forma de tratar el coronavirus totalmente diferente. La vacuna provoca que el propio organismo produzca los anticuerpos y evite la infección; mientras que en este procedimiento se transfunden anticuerpos pasivos. Los anticuerpos procedentes de una persona curada se encargarían de neutralizar la carga viral en un paciente infectado.

Se trata de hacer transfusiones de plasma (parte líquida de la sangre) de quienes ya se han recuperado de la enfermedad a pacientes que estén sufriendo la infección. Cuando una persona tiene una infección, su organismo reacciona creando anticuerpos, que quedan almacenados en el plasma durante semanas o incluso años. La terapia se basa en que el enfermo reciba el plasma con los anticuerpos de personas que sufrieron la enfermedad y vencieron al virus con éxito.

Todo apunta a que este tratamiento puede suponer una auténtica revolución, puesto que ya se constatado la posible eficacia de este tratamiento en otro tipo de pandemias. El Ministerio de Sanidad ha autorizado el inicio de contactos con posibles donantes, que hayan superado la infección por coronavirus, para tratar a enfermos que tenga la infección activa, en el marco de una serie de recomendaciones de seguridad y calidad. Las premisas que se deben cumplir son la seguridad del donante, del personal sanitario y del producto obtenido.

También debemos tener en cuenta la farmacéutica Grifols, especializada en la producción de medicamentos derivados del plasma y con sede en Barcelona, ,ha sido la elegida para llevar a cabo un proyecto similar para el gobierno de EEUU.