Madrid y Barcelona, entre las 10 ciudades europeas más atractivas para la inversión inmobiliaria, según PwC
Madrid y Barcelona se encuentran entre las 10 ciudades europeas más atractivas para la inversión inmobiliaria, la capital manteniéndose en segundo lugar respecto al anterior ránking y la Ciudad Condal en el octavo puesto, tras subir tres posiciones en el último informe 'Tendencias emergentes en el mercado inmobiliario en Europa 2025', elaborado por PwC y Urban Land Institute.
El informe explica que Madrid destaca por sus perspectivas de crecimiento, pero también por su consistencia a la hora de atraer liquidez y desarrollar su mercado inmobiliario, mientras que resalta de Barcelona su entorno macroeconómico y el buen comportamiento del mercado laboral.
En esta edición, las ciudades más valoradas son las situadas en mercados maduros, con alta liquidez, fuertes expectativas de crecimiento y estabilidad política y regulatoria, situándose Londres en primer lugar, seguida de Madrid, París, Berlín, Ámsterdam, Múnich, Milán, Barcelona, Frankfurt y Hamburgo.
El estudio también concluye que el porcentaje de directivos de la industria inmobiliaria preocupados por el avance de la desglobalización se ha más que duplicado en los últimos dos años, y ya alcanza al 70% de los entrevistados en el estudio, realizado a partir de 1.276 entrevistas.
A esta circunstancia se suma la inquietud generalizada (90%) por la inestabilidad política internacional, incluida Europa; la escalada de los conflictos globales (86%); y las débiles perspectivas de crecimiento en el viejo continente (77%).
"Las expectativas de reactivación del inmobiliario europeo en 2026 se están viendo condicionadas por el impacto de la desglobalización y por la incertidumbre geopolítica y económica. Estos factores han transformado en pragmatismo el optimismo moderado que se vivía el año pasado entre los directivos del sector", explica el informe.
La confianza empresarial entre los directivos del sector ha caído ligeramente hasta el 45%, comparado con el 50% registrado el año pasado, debido a una demanda desigual, la preocupación por el incremento de los costes de construcción, la disponibilidad de recursos y el aumento de la regulación. A pesar de todo, las expectativas sobre la mejora de la rentabilidad para finales de 2026 crecen suavemente, del 46% al 50%.

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