Tal y como está el patio político, y hasta que no se despeje un poco el panorama, aunque cada día se añaden nuevos elementos que dificultan los temas, tanto en Madrid, que lleva ya un mes con gobierno en funciones, pero es poco si lo comparamos con lo sucedido aquí, que hasta el último día se estaba con la incertidumbre de si habría gobierno o no, pues, eso, a esperar.
Aquellos que no conocen el valor de la lealtad nunca apreciarán el coste de la traición, dijo no sé quien, un día que reflexionaba.
He de confesar que me gustan los refranes como fuente de sabiduría popular a los que puedes recurrir para calificar con ellos a personas, situaciones, hechos, etc. Dice uno de ellos que “se coge antes a un mentiroso que a un cojo” o “con el tiempo todo acaba sabiéndose”.
Que en el mundo sindical tradicional tiene que producirse un cambio, es obvio, pero los cambios suelen ser para hacer frente a las necesidades que tienen los trabajadores ¿sí?, estamos de acuerdo en ello. Pero cuando esos “cambios se realizan no para beneficiar los asalariados a los que dicen representar, sino, en beneficio propio, la cosa tiene otro nombre por mucho que lo camuflen con discursos populistas que a estas alturas ya no engañan a nadie.
Algunos esperábamos que si ERC se quedaba con la Consellería de Salut, en este gobierno que preside Carles Puigdemont la persona que conseguiría hacerse con el cargo de la misma, podría ser Manel Balcells, médico y con experiencia de gestión ya que había estado en el Departamento de Salud en el primer tripartito, con Marina Geli de mandamás y él como alto cargo de ERC según lo acordado en el reparto de competencias por los partidos que constituían en aquel momento el Gobierno. Su trabajo fue bueno y las relaciones entre los altos cargos también, con alguna excepción...
Siempre he tenido y tengo respecto por los compañeros de profesión, pero me produce un profundo desprecio y dolor de estómago los que utiliza esta profesión para lo que no le es propio. Me refiero a los periodistas pelotas del poder político, los sumisos, los que callan cuando deberían hablar y a los lameculos, que los hay. Este tipo de personajes son los que desprestigian esta profesión tan apasionante, a la que quiero, admiro, respeto y he dedicado mi vida profesional sin apenas darme cuenta. Es mi vocación.
Antonio Baños, el “cupero” mayor del reino andaba muy contento por los pasillos del Parlament, porque, al final, ha podido ocupar su escaño en la investidura del nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont y además lo ha votado, al lado de su amiga y portavoz Anna Gabriel, la hija de un minero de la España que ella quiere desconectar para ser una república catalana, fuera de la UE con moneda propia y un Banco Central Catalán ¿al estilo de Banca Catalana? Milita la diputada en la CGT, ese sindicato anarquista tan cercano a los planteamientos del conglomerado político que se llama JxS, donde hay capitalistas, ex comunistas, ex convergentes, ex socialistas y no sé cuantos ex más, pero que ahora se han vuelto todos independentistas acérrimos por la gracia de Mas y por la conveniencia de unos cuantos.
En la rueda de prensa del presidente en funciones, Artur Mas, ha dejado caer algunas “perlas” sobre la CUP, por negarle sus diez votos de nada para que siga siendo presidente y se ha despachado a gusto acusándola de irresponsable, de ir contra todo, de no representar a nadie, de cargarse el proceso, de inmadurez y no sé cuantas lindezas más. Todo ello lo ha dicho con esa sonrisa que solo él sabe hacer.
Hacía días que Oriol Junqueras estaba calladito, hablaban los demás, él en un segundo plano haciendo de “bueno”, y de tanto en tanto, cuando lo apretaban, los periodistas decía como un robot “nuestro candidato es Mas“ y de ahí no lo sacaban. El interesante mensaje era rápidamente reproducido y ampliado por los medios de comunicación “públicos“ que pagamos todos y los bien “pagaos” por el gobierno en funciones de Mas para que la CUP recapacitara y votaran al “elegido”.
La CUP ha dicho que no dará su voto a Mas para ser elegido de nuevo presidente de la Generalitat. Ha sido coherente con lo que siempre ha venido diciendo, desde el primer momento, aunque haya una parte de ella que quería lo contrario.
Las personas optimistas suelen pensar, no es malo, que cumpliendo una serie de rituales en la noche vieja, el próximo año que viene van a cumplirse los deseos que se han pendido. Es como cerrar los ojos, abrirlos segundos después y ¡pachin pachan!, las deudas de las hipotecas, los desahucios, el paro, el hambre, las guerras, las desigualdades todo se ha solucionado. Pero la realidad es más cruel que todo eso y las cosas, los problemas y todo lo demás siguen ahí, no se han ido, porque nadie va a hacerlo por Navidad.
Después de tantos meses, el día D ya ha llegado. La ciudadanía va a decidir mediante su voto, que partido quiere que gobierne España, durante los cuatro próximos años, si cuenta con la mayoría necesaria para hacerlo.
Los casos de corrupción están saliendo en los medios de comunicación un día sí y otro también. Es algo que forma parte de nuestras vidas y estamos tan habituados que no le damos importancia y además no sucede nada.
Las elecciones del 20D están a la vuelta de la esquina y la campaña electoral ha llenado calles y medios de comunicación de carteles y mensajes de todas y cada una las promesas que ofrecen los partidos políticos a través de un panfleto llamado programa electoral, que casi nunca se cumple y mucho menos, cuando el partido vencedor necesita los votos de otro. Para poder gobernar y ha de realizar concesiones programáticas.
Ya hace algún tiempo que comenté que Fernández de la CUP no era de fiar. Los abrazos que en su día le dio a Mas, no eran muy normales y así lo dije. El “cariño” espontáneo que profesaba al neoliberal presidente no había nacido de la noche a la mañana. Y las imágenes que proyectaban eran contra natura ideológica y más de un compañero suyo lo criticó. El buscó una excusa nada creíble. Pasar de la batalla de las calles, a la alfombra roja y los privilegios del Parlament deja huella. Nada que ver con su compañero diputado Quim Arrufat que abandonado su escaño, el protagonismo se lo ha dejado a sus compañeros diputados elegidos el 27S.
El día 3 de diciembre, se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Es una fecha que nunca, nadie, debe olvidar.
Se puede decir más alto, pero no más claro, la CUP no investirá a Mas en la presidencia del gobierno catalán porque no quieren ser cómplices ni de los recortes que han hundido a Catalunya y han llevado a la pobreza a cientos de familias, ni de la corrupción en la que ha estado el presidente en funciones, sin “darse cuenta” de lo que estaba pasando a su alrededor y por mucho marketing que venda sobre la transparencia de su gobierno, la realidad es bien distinta.
Llevamos ya demasiado tiempo esperando la postura de la CUP en la investidura de Mas, aunque si nos atenemos a muchas declaraciones de sus dirigentes, la cosa debería estar claro: no investirán a Mas, sería lo coherente. Pero la solución está a solo unas horas, cuando concluya la gran asamblea de la formación.
Dicen que el sentido común es el más común de los sentidos y que en política, dos más dos pueden ser cuatro o depende de quien haga las cuentas el resultado varía. En estos momentos de delirio político, la primera premisa no se da, en cambio, la segunda se ajusta a la situación que estamos viviendo los sufridos ciudadanos de este país llamado Catalunya o quizás ¿Ítaca?
Dicen que en los sueños se cumplen todos nuestros deseos y aspiraciones. Es el paraíso de los terrenales. Cuando las personas se meten en la cama y dan riendas sueltas a lo que le gustaría ser y no son; lo que le gustaría tener y no tienen; donde le gustaría estar y no están. En esa situación de éxtasis se quedan profundamente dormidos y el sueño puede continuar o no, depende de la capacidad de las personas para supera con facilidad esa fase.